Está visto que a este Real Madrid le va la marcha. Cuando peor está, cuando parece abocado al abismo de una crisis que se va a llevar todo por delante, renace para alejar todos los miedos. Los blancos se jugaban mucho en Vitoria ante el Alavés. Tras la eliminación en Copa del Rey ante el Alcoyano, un Segunda B, el Madrid necesitaba ganar sí o sí al Alavés y a ser posible convenciendo para que la palabra crisis se alejara del club blanco. Y ganó sin problemas a un Alavés que no pudo celebrar su Centenario con un triunfo más que necesario para alejarse d ela zona baja.
El Real Madrid, sin Zidane en el banquillo, pero los habituales en el campo, menos Militao que entró por el lesionado Ramos, salió al césped de Mendizorroza con el miedo en el cuerpo tras el KO en la Copa del Rey. El Alavés apretaba y aprovechaba los nervios blancos para acercarse con peligro al área de Courtois. El Madrid, con continuas pérdidas de balón no encontraba su sitio hasta que apareció Kroos que tomó el mando del partido y por ahí mejoró el conjunto merengue y llegó el gol. Tras una doble ocasión de Benzema llegó un saque de esquina que acabó con el 0-1 de Casemiro en el minuto 15.
Con el marcador a favor, el Madrid creció y desapareció el Alavés. Los de B ettoni, primer entrenador en Mendizorroza, se vinieron arriba para mandar de manera total en el terreno de juego.
Faltaban los goles y llegaron, aunque tardaron. Benzema puso el 0-2 en el minuto 41 tras una gran jugada colectiva del Madrid y Hazard marcó el 0-3 en el 46’ después de un pase milimétrico de Kroos. Así, con ese 0-3 se llegó al descanso de un partido que el Madrid tenía dominado.
O eso parecía porque el Alavés salió con toda la intensidad que no tuvo en el primer tiempo para apretar al Real Madrid. El paso adelante del equipo vasco le complicó la vida a los blancos que ya no estaban tan cómodos en el campo. El gol de Joselu en el minuto 60, el 1-3, generó cierta incertidumbre en las filas blancas viendo la trayectoria del equipo esta temporada.
Ese gol le dio vida al conjunto vitoriano que se fue a por el que le hiciera entrar definitivamente en el partido que estaba en el aire más por las sensaciones que daban los dos equipos que por el fútbol que se estaba viendo.
La intranquilidad del Real Madrid acabó en el minuto 70 con el 1-4 de Benzema al culminar un contraataque iniciado con un pase magistral de Modric.
Ese tanto fue la sentencia del Alavés y un alivio para el conjunto blanco que por fin podía disfrutar de un triunfo plácido. Con ese panorama, entraron Odriozola, Isco y Vinicius para dar descanso a los que van a continuar siendo fijos para Zidane.
La recta final del partido fue de trámite con el Alavés buscando más goles y el Real Madrid controlando el partido, el triunfo que devuelve la paz al club blanco. Al menos hasta el próximo partido, dentro de una semana, el sábado 30 de enero, ante el Levante en el Di Stéfano.
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