El partido con el Tottenham se suspendió 15 minutos y el jugador fue aplaudido por su gesto.
Tras la compra por los jeques árabes, Newcastle era una fiesta en el partido contra el Tottenham hasta que saltaron todas las alarmas en las gradas. Reguilón fue el que primero se dio cuenta desde el césped y alertó al árbitro, que paró inmediatamente el partido.
Las caras eran de estupor y el silencio se hizo en todo el estadio cuando las asistencias del equipo local salieron corriendo con desfibrilador en mano en una imágen que no se recuerda en el pasado cercano. La megafonía confirmaba las noticias de la emergencia sanitaria en la tribuna este, lo que llevó al colegiado a tomar la decisión de mandar a los jugadores al vestuario.
Por suerte, y tras unos minutos de desconcierto, fue el Newcastle el que calmó a los seguidores en redes sociales, confirmando que todo había quedado en un gran susto y que el paciente estaba siendo estabilizado y trasladado al hospital.
Tras algo más de 15 minutos de parón, los aplausos recibieron de nuevo a los jugadores para retomar el encuentro. Aunque el ambiente continuó enrarecido, el partido se marchó al descanso finalmente con un 1-3. Finalmente, los tres puntos se los llevaron los de Londres gracias a los tantos de Ndombele, Harry Kane y Son en St. James Park (2-3).
«Fue una sensación extraña, pero vi al hombre desvanecerse y el revuelo que se formó. Lo más importante es que nos han dicho que está bien y que las asistencias fueron rapidísimas», analizaba el jugador español tras los importantes tres puntos.